Víctor Medina nos enseña Vinyasa Yoga, una forma diferente de concebir esta disciplina

El Yoga Party trabaja un yoga fluido y conectado a la música que el profesor Víctor Medina practica y comparte con los alumnos todos los martes y jueves en nuestro espacio.
Víctor asegura que este estilo, que responde al nombre de vinyasa yoga, consigue maravillas.
Nos cuenta que la vida viene definida por muchos matices. Dos de los que más nos definen son el movimiento y la respiración. Inhalamos y exhalamos, y en cada respiración concentramos la esencia de nuestro existir. Nos movemos y animamos la vida con cada acción. El movimiento y la respiración son actos tan arraigados en nosotros que, sin reparar que lo hacemos, somos capaces de realizar.
¿Qué ocurre si dejamos de respirar y movernos de manera automática y nos concentramos en ello?
A través de la meditación reducimos el foco de atención. La mente disipa el torbellino de pensamientos difusos y se centra. Y las múltiples técnicas meditativas nos ayudan a conectar con nuestro interior. “Detente y respira” o “pon atención en lo que estás haciendo ahora”, son frases que nos ayudan a meditar.
La fusión de movimiento y respiración, con actitud contemplativa, consiguen un estado de dinámica meditación. Es Vinyasa, la práctica de yoga que nace de esa unión.
Vinyasa Yoga es meditación en acción. Respiras y te mueves a conciencia, se abre una nueva puerta.
Disfrutas de tu propio movimiento. Observando tus acciones, estirando, torsionando, abriendo o cerrando, conectando con tu cuerpo.
Conoces tu cuerpo. Aunque resulte extraño, no tenemos contacto con el organismo que nos alberga, es más, lo ocultamos con vestidos, lo evitamos. Con Vinyasa Yoga descubrirás sus virtudes, sus imperfecciones. Para conocerlas, aceptarlas y, si lo deseas, superarlas.
Te retas. Las secuencias de posturas son desafíos para el equilibrio, la fuerza, la flexibilidad. Sin riesgos.

Te concentras. Libre de distracciones, de multitareas, de condicionamientos y juicios. Moviendo y respirando con atención coges conciencia de tu cuerpo además de hacer una puesta a punto mental.
Ganas calidad de vida. No es solo cuestión de mejora física o calma mental porque el yoga no sería yoga si sólo lo practicaras sobre la esterilla. Ya que, entrenando la acción consciente, conectas con tus sensaciones, para conocerte, respetarte y, de paso, respetar a los demás.